martes, 10 de enero de 2012

Carta a mi querida Jenny

Querida Jenny, me dices que el arte no se debe vender por dinero, que ha de ser libre y gratuito. Miguel Ángel Buonarotti cobró por pintar la Capilla Sixtina, que solo podían ver los 200 elegidos de la corte del Papa Sixto. Leonardo Da Vinci cobró por pintar la Gioconda, que compró el señor Giocondo para su exclusivo disfrute. Velázquez, el Greco, Goya, todos cobraban por su trabajo, destinado a palacios y no a museos. Mozart, Bach, Vivaldi, Haydn... vendían sus composiciones a la corte. ¿No los consideras artistas? Ah... que no sabes ni quiénes son!
Solo a partir del siglo XIX se crea la consigna parnasinista del "arte por el arte". Renunciemos a las imposiciones del mercado, a los salones de arte, a los mecenas, vivamos libres y en la bohemia. Unos, como Baudelaire o Toulouse Lautrec, eran ricos por su casa. Algunos se morían de hambre sin más. Otros, como Manet o Modigliani, vivían de sus amantes, y ellas a su vez vivían de ofrecer sus favores sexuales. Es decir, lo que tecnicamente vienen a llamarse chuloputas. Pero artistas.
Despues vino la idea de que el Estado subvencionaria el arte. La contrapartida de esta idea es que el artista no se acomode a los dictámenes del Estado no tendrá de qué vivir.
Y en el XX se democratiza, por fin, el arte. Y si tú, no eres ni rica ni noble, puedes disfrutar de la musica, de la pintura, de la literatura, se debe a que hay artistas que viven del mercado y de vender su obra. Venderla no a los nobles y a los ricos, sino a cualquiera dispuesto a comprarla.
Me dices que el precio de los libros, los discos, las peliculas es caro. Tienes el ADSL y la telefonia movil mas cara de Europa, pero ni tu ni tus colegas os habéis manifestado en la sede de la compañia telefonica, jamás, ni habéis entrado a robar móviles. Tienes iTunes y Filmin, desde donde puedes bajarte pelis y música a miniprecio. Pasas. Tines bibliotecas que nunca has pisado. Y tienes libros de bolsillo a 5€ cuya lectura, en tu caso, que eres de lectura lenta, te llevaría dos semanas, te saldría por unos 30 centimos al día. Pero pasas, prefieres robarlos.
Cuando alguien te explica que va a dejar de escribir o de crear porque sencillamente ya no tiene de que vivir y se tiene que buscar un trabajo normal y corriente, que le va a robar ocho horas al día o quiza mas, y que no se ve con fuerzas ni energía para escribir o componer, tu y tus amigos le insultáis e incluso le amenazáis. Jenny, espero que tú y el pasota de tu novio porrero no representéis a vuestra generación, porque de ser así, de verdad que me da mucho miedo el mundo insolidario y agresivo en el que va a vivir mi hija. Un mundo en el que, para el colmo solo habrá tres tipos de arte:
-El que creen los millonarios cuando se aburran.
-El que creen aquellos que el Estado considere que puedan favorecerle, y a los que les pague para que puedan crear.
-O el que creen los que se publiciten en plataformas subvenciondas por publicidad, que jamás podrán hacer nada ni mínimo de vanguardista, osado o alternativo, porque la publicidad es muy conservadora.

No, si va a resultar que los mayas tenían razón, y que se acerca el fin del mundo. No en el sentido de que el planeta explote, sino de que desaparezcan la verdad y la belleza.


texto: Lucía Etxebarria

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