miércoles, 7 de diciembre de 2011

Depresión



Despues de que al señor Limiten le estallara la cabeza, cayó en depresión. Se volvió taciturno y terco, no quería hablar con nadie. Se pasaba las horas en pijama sin parar de fumar, el humo que no cesaba de salir de su cuello debio de incitarle a no parar de fumar. A penas comía, no dormía ni hablaba, solo quería FUMAR. Solo algunos lunes por la noche conseguia reunir la suficiente fuerza para vestirse y salir a la calle, sin dejar de fumar. Se paseba durante horas por los barrios perifericos, solo hacia que deambular por callejones oscuros sin hacer caso a nadie ni a nada.
Los expertos en psicologia aún hoy se pregunta si esta depresión fue causada por declarar en bancarrota la empresa en la que trabajaba y quedarse sin trabajo o por el efecto de no tener cabeza y aun así poder seguir viviendo.


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